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La importancia del juego para los niños 

Desde el nacimiento, el ser humano siente una necesidad innata de expresarse. A pesar de no poder hablar o escribir, los bebés hallan formas de comunicarse por medio de señales. Es así como el juego se transforma en una forma comunicativa, en un mediador que potencia habilidades y capacidades cognitivas, físicas y emocionales, y que hace parte de la vida misma como motor de desarrollo. El juego es la esencia del movimiento y la libertad de los niños y niñas. 

Jugando se aprenden las formas de relacionamiento con los otros. De acuerdo con cifras de la Universidad Estatal de Montana, en EE. UU., el 75 % del desarrollo cerebral se da después del nacimiento y es aquí cuando el juego cumple un rol fundamental al ayudar a crear conexiones entre las células nerviosas, proceso que fortalece las habilidades motoras finas y gruesas.  

Los niños imitan las funciones que ven en su contexto; juegan a ser el papá o la mamá, un futbolista o un cantante famoso. Pero esas actitudes son motivadas por los adultos que los acompañan. Un adulto que no posibilite a sus hijos elementos para que interactúen, estaría privándolos de una estimulación adecuada. 

Al entrar en la vida escolar, es común que los adultos empiecen a censurar el juego para que los niños respondan a tareas de mayor responsabilidad. Sin embargo, el juego en sí mismo también tiene un alto grado de seriedad e importancia. Según Jorge Eduardo Osorio, artista mediador de Comfenalco, “dentro de todo juego hay unas reglas voluntarias que se crean y se aceptan, a partir de las cuales ellos (los niños) recrean la realidad”. 

Juguetes que conectan 

Durante las primeras semanas de vida, la visión de los bebés es borrosa, por lo que requieren elementos más cercanos como los juguetes para desarrollarla. Igual sucede con el tacto, el gusto y la audición.  

El enfoque metodológico de Comfenalco permite a los niños construir ambientes para conectarse consigo mismos, con los otros y con el mundo. “En nuestros Centros de Atención, los niños tienen unas zonas que propician el juego libre. Hay unas medidas de seguridad presentes y siempre están acompañadas, pero se permite la libre exploración”, acotó Yor Mary Taborda, gestora pedagógica de Coordinación de Niñez. 

A través de los Centros de Atención Integral a la Infancia, la Estrategia de Gestación a Dos Años, las Ludotecas Experimentales, entre otros convenios como los que se tienen con el Jardín Infantil Buen Comienzo Mamá Chila, que atiende la niñez en Moravia (Comuna 4 de Medellín) y el Hogar Infantil José Miel, en Carepa (Urabá), Comfenalco promueve el juego como espacio formativo y de desarrollo para los niños y las niñas. 

Mantener la lúdica en las aulas de clase 

La educación vista desde los ojos del juego debe ser imaginativa. El juego posibilita que aparezca la fantasía y la imaginación como posibilidades de construcción de otros mundos posibles. Así se refuerza la creatividad, la exploración y las capacidades cognitivas de los niños.  

Para los expertos, los métodos de enseñanza que integren el juego deben primar en las instituciones educativas: generar estrategias pedagógicas que fomenten el movimiento ayudará a mejorar el aprendizaje.  

Las expresiones artísticas, la indagación, la observación, la exploración y la búsqueda son factores a tener en cuenta para propiciar un mejor método de estudio entre los estudiantes, independientemente de su edad. Por otro lado, el rol del maestro no se debe descuidar. Los expertos coinciden en que las aulas de clase se deben acompañar por profesionales sensibles que promuevan la educación imaginativa.  

En los Centros de Atención Integral a la Infancia de Comfenalco, por ejemplo, se brindan espacios de juego libre y otros intencionados y promovidos por los profesionales que acompañan los niños. 

A partir de la textura, el sonido, los colores y las formas, los juguetes ayudan a estimular los sentidos del bebé, por eso, se recomienda usar elementos como móviles, sonajeros o rascaencías.

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